Uno de los mayores beneficios de un sistema VRF es que las unidades interiores utilizan bobinas que pueden calentar o enfriar las zonas. Las configuraciones del sistema de bomba de calor pueden enfriar o calentar completamente todas las zonas a las que sirve. En un sistema de recuperación de calor, cada zona individual puede calentar o enfriar según sea necesario. Al enfriar y calentar simultáneamente en un sistema de recuperación de calor, la energía se puede transferir de un espacio para acondicionar otro.

La gestión de la humedad es una decisión que a menudo se pasa por alto. En muchos diseños de sistemas, el equipo de ventilación está dimensionado para tratar simplemente el aire exterior a una temperatura de punto de rocío neutra en el espacio. Este sería solo un ejemplo de tratamiento de aire exterior. Sin embargo, es necesaria una selección cuidadosa tanto del sistema de terminales durante el diseño como de carga parcial, así como los sistemas de ventilación si la humedad del espacio es una preocupación.

Como mínimo, se requiere una configuración de filtro y ventilador para suministrar aire de ventilación a un edificio. Muchos códigos de energía de construcción también requieren la recuperación de energía del aire de escape. Como resultado, un sistema de ventilación básico puede consistir en un ventilador de recuperación de energía (ERV). Para un tratamiento de aire adicional, incluido el control de la humedad, es probable que se requiera un sistema de aire exterior exclusivo (DOAS).

Finalmente, los controles son necesarios para habilitar y operar el VRF y los sistemas de ventilación. En algunas aplicaciones, puede ser aceptable controlar ambos sistemas de forma independiente. En otros casos, la coordinación estrecha puede requerir un sistema de control integrado.